Las vitaminas desempeñan un papel fundamental en el adecuado funcionamiento de nuestro organismo, y su ingesta depende en gran medida de la composición de nuestra dieta y de los grupos de macronutrientes que la conforman.
En este contexto, la vitamina B12, integrante del grupo B, se destaca como un nutriente esencial presente principalmente en alimentos de origen animal, como carnes, huevos, pescados y productos lácteos.
Para aquellos que optan por una alimentación vegana o vegetariana, la incorporación de un suplemento y la asesoría nutricional se vuelven cruciales para garantizar un aporte adecuado de esta vitamina.
¿Cuáles son los beneficios asociados con el consumo de la vitamina B12?
David Sanchís, dietista nutricionista, señala que esta vitamina es fundamental para procesos vitales como la formación del ADN, el funcionamiento de las neuronas y la producción de glóbulos rojos, entre otros. Su importancia radica también en ser uno de los nutrientes esenciales para el sistema nervioso y el cerebro.
Recientes investigaciones sugieren que los polisacáridos presentes en algunas almejas podrían poseer propiedades antioxidantes y antitumorales, lo cual amplía aún más el interés en este alimento como fuente de beneficios para la salud.
¿Qué sucede si no consumo vitamina B12?
La ausencia de vitamina B12 puede manifestarse gradualmente, dando lugar a un tipo de anemia. Por lo tanto, es crucial revisar nuestra dieta y asegurarnos de obtener las fuentes necesarias de proteínas.
Los síntomas de deficiencia de este nutriente incluyen fatiga, dificultad para respirar, latidos acelerados, mareos, falta de coordinación y debilidad muscular.
¿Cuál es el alimento estrella en cuanto a contenido de vitamina B12?
Las almejas encabezan la lista, con aproximadamente 98 microgramos por cada 100 gramos. Estos mariscos pueden integrarse fácilmente en la dieta diaria a través de platos como la paella, cazuelas, ensaladas y woks.
Además de las almejas, otros alimentos ricos en vitamina B12 incluyen: hígado de ternera (80 microgramos por cada 100 gramos), la caballa (19 microgramos por cada 100 gramos), las sardinas (8,9 microgramos por cada 100 gramos), el salmón (3,2 microgramos por cada 100 gramos), los mejillones (8 microgramos por cada 100 gramos), la yema de huevo (2 microgramos por cada 100 gramos) y las carnes vacunas (13 microgramos por cada 100 gramos).